Nuestra almazara, ubicada en Peal de Becerro, Jaén, es un centro de innovación donde convergen la tradición y la tecnología. Aquí, las aceitunas recién cosechadas son cuidadosamente seleccionadas y procesadas para garantizar que solo la mejor calidad llegue a su mesa. Los sistemas de maquinaria de última tecnología desempeñan un papel crucial en la extracción y el envasado del aceite, asegurando que el producto final sea de la más alta calidad.
Un aspecto que distingue a nuestros aceites es su origen geográfico. La ubicación estratégica de nuestros puntos de recogida de aceitunas en las estribaciones de las Sierras de Cazorla y Quesada es fundamental para la calidad de nuestros aceites. Estas regiones ofrecen un entorno natural excepcional para el cultivo del olivo, , refleja un clima mediterráneo.
Las características de un clima mediterráneo, con inviernos suaves y veranos cálidos y secos, son ideales para el cultivo del olivo. La exposición a la brisa fresca de las montañas y la abundancia de sol son factores que contribuyen a la maduración lenta y equilibrada de las aceitunas, lo que a su vez se traduce en un sabor y aroma excepcionales en el aceite de oliva.
La altitud también juega un papel crucial en la calidad de nuestras aceitunas. Las condiciones de altitud, con sus variaciones de temperatura y niveles de humedad, influyen en el desarrollo del fruto y la acumulación de compuestos beneficiosos en las aceitunas, como antioxidantes. Esto se traduce en un aceite de oliva con un perfil nutricional excepcional y un sabor distintivo.
La ubicación de nuestros olivares en una región montañosa significa que los árboles de olivo crecen en un suelo rico en minerales, lo que contribuye a la nutrición de las aceitunas y, en última instancia, al sabor de nuestro aceite. La diversidad de suelos en la zona de sierra aporta matices a las aceitunas, lo que se traduce en un aceite de oliva virgen extra de gran complejidad y riqueza de sabores.
Nuestro compromiso con la calidad no se limita solo al proceso de producción. La sostenibilidad y la responsabilidad ambiental son aspectos fundamentales de nuestro enfoque. La agricultura en las estribaciones de las Sierras de Cazorla y Quesada se basa en la agricultura sostenible y ecológica. El cultivo de olivos se realiza en armonía con el entorno natural, minimizando el impacto ambiental y promoviendo la biodiversidad.
La recolección de aceitunas en esta región se realiza de manera cuidadosa y respetuosa con el árbol y el entorno. Los agricultores locales, que han dedicado su vida a la olivicultura, conocen los ciclos naturales de los olivos y aplican técnicas de recolección tradicionales que garantizan que las aceitunas se cosechen en el momento óptimo de madurez.
La cosecha se realiza a mano, lo que permite una selección manual de las aceitunas, asegurando que solo las de la más alta calidad se utilicen en la producción de nuestro aceite. Este proceso es intensivo en mano de obra, pero es esencial para garantizar la calidad y la excelencia de nuestros productos.